Me rindo ante Browne




Por Mónica Martin, mamá de Julian (4) y Camilo (2)
Periodista. Actualmente trabaja como consultora de la División de
Educación del Banco Interamericano del Desarrollo, Washington DC.


Anthony Browne tiene muchas cosas que hacen de su obra una verdadera exquisitez, pero lo que más me sorprende es la horizontalidad con la que escribe y dibuja para los niños, asumiendo que son los sujetos brillantes, capaces de ir tras sus sutilezas, sus ironías y sus dobles lecturas.



Sus libros no evaden los conflictos y presentan temáticas complejas a nuestros pequeños lectores. Sin embargo, como el relato es mínimo en la mayoría de los casos, las claves están en las imágenes. Y entonces nuestros niños se enfrentan solo a aquellos dilemas que son capaces de percibir según su edad y madurez.

Lo divertido es que cuando pasa un tiempo y lo vuelven a leer, aparecen nuevas preguntas y reflexiones, y los relatos se expanden a la nueva talla del lector. Browne no les pone límites, pero tampoco los empuja. Y esa libertad los niños la agradecen.


“Sus libros no evaden los conflictos y presentan temáticas complejas
a nuestros pequeños lectores.”



La obra de este laureado autor inglés es muy extensa y aunque sus libros son lo suficientemente inteligentes como para cautivar a un adulto, mis hijos los disfrutan desde los 18 meses. "Cosas que me gustan" o la colección de "Willy" el chimpancé son un gran punto de partida, pero hay muchísimos más.

"Willy el Soñador", mi favorito y uno de los de Browne -según he leído-, es un libro sin edad y muy difícil de describir. En apariencia es un álbum ilustrado para niños, pero es muchas otras cosas a la vez. Si lo lees con tus hijos, es ante todo una oportunidad para reír juntos, porque está lleno de ocurrencias descabelladas. Pero al mismo tiempo es una ventana a conversaciones más profundas acerca de sus fantasías y sus miedos. Es también una clase de arte, porque las imágenes transcurren entre adaptaciones de obras famosas de Dalí, Van Gogh o Magritte. Y es, además, un juego magnífico en que gana el que encuentra más bananas ocultas tras los deliciosos detalles de cada ilustración. Es eso... entre varias otras cosas.

3 comentarios:

Seas dijo...

Hice una búsqueda rápida de imágenes de libros de Browne (en google...no quería decirlo, pero en fin :), y me encontré con un par de simios sentados en la banca de un parque. Y me quedé un par de minutos mirando la imagen.
Me voy a la biblioteca ahora a ver si tienen algo de él. Interesante dibujante. Saludos desde Tenerife

p.d. gracias por el blog.

Anónimo dijo...

soy docente de primaria de escuela urbano marginal, hace tres años que trabajo con las obras de A. Browne. Los niños sienten una atracción especial hacia sus libros. Recomiendo Willy el tímido y la biografia del autor.

Maulina dijo...

Antony Brown la lleva, sus libros son bellos, lúdicos. Toma a los niños en serio, no los trata como a tontos.